tag:blogger.com,1999:blog-58770174697849435302024-03-14T00:27:47.797-07:00Como ser editor y no morir en el intentoEl blog de Algón Editores, nuestras noticias, novedades, opiniones y otras cosillasAlgón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.comBlogger61125tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-47309640610638055982015-05-07T17:08:00.001-07:002015-05-07T17:08:50.520-07:00ELOGIO DE LA PALABRA<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">El
maestro Vargas Llosa afirmaba hace pocos días que si la palabra es reemplazada
por la imagen peligra la imaginación, se corre el riesgo de que desaparezca la
libertad, la capacidad de reflexionar e imaginar y otras instituciones como la
democracia. Un riesgo que se evidencia en el vehemente gesto de aquellos
tramposos agoreros que afirman algo tan exótico como que las series de
televisión han venido a enterrar a la novela. Durante siglos la enseñanza de la
retórica fue uno de los pilares de la educación, porque aprender el arte del
razonamiento, de la crítica, de la argumentación, del contraste de opiniones,
era fundamental para perseguir el conocimiento. Un método para comprender el
mundo con el humilde recurso de la palabra, sin sofisticados y ortopédicos artilugios.
Por desgracia, una de las herencias culturales del pasado más reciente es el ruinoso
protagonismo, tan chocante como inútil en la era de internet, de confundir
educación con memorizar datos, categorizar la realidad mediante sistemas
preestablecidos, acumulando información a menudo innecesaria, que ha arrinconado
el uso virtuoso del diálogo. Una desgracia histórica inoculada como un veneno
en aquellos que se entregan sumisos al relato efímero de imágenes
intrascendentes, arrobados por un mundo artificial diseñado para distracción y
refugio de su propia vida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Entre
la realidad y la ficción reside algo tan perverso como lo verosímil. Estos tiempos
parecen preferir que lo posible sustituya a la certeza, creando dimensiones
virtuales de aspecto creíble con nefastos efectos secundarios. Desde tiempos
inmemoriales, un fenómeno que parece haberse acentuado últimamente, las
tiranías ofrecían apariencias para justificar su ilegítimo y abusivo poder. Con
recursos tan banales como el sentido común, el “sentir” de la mayoría, lo que
“pide” el pueblo, lo que “debe” ser, o la preeminencia de creencias, prejuicios,
o fingidas sospechas, se construyen interpretaciones inspiradas en lo probable
que se compadecen mal con la realidad. Tanto en la política, en la
administración de la justicia, en las empresas, en la comunicación, el
marketing, como en el entretenimiento de masas, el abuso de lo verosímil ha
hecho innecesario lo cierto, para que el éxito venza a la verdad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">El
silencio violento de la libertad de expresión mediante su control preventivo gracias
al poder o el dinero, la práctica desaparición de la presunción de inocencia, la
ambigua confusión de los mensajes públicos, o los populares dobles raseros, son
desgraciados ejemplos de la debilidad de la palabra por esas triquiñuelas
hipnóticas que persiguen, durante sucesivas e infinitas temporadas, la intrusión
en nuestros hogares de zombis, vampiros, fantasmas y oscuros poderes, tolerada
gracias a la renuncia colectiva a las reglas gramaticales básicas de una
sociedad realmente libre. Las personas de honor siempre juraban con aquella
fórmula tan bella de <b>“doy mi palabra”</b>, la entrega de lo más valioso de una
persona en su compromiso y su verdad, algo hoy tan socialmente irrelevante y
escaso como un libro, un debate de personas libres o un discurso creíble. Este
es el inquietante riesgo de debilitar el valor y virtud de la palabra, porque,
como dijo con acierto un viejo sofista griego, <i>“es de la naturaleza vivir y
morir, pero nosotros vivimos de lo que es nuestro interés y morimos de lo q<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>ue no lo es”. </i><o:p></o:p></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-1342376315875336462015-04-23T15:34:00.001-07:002015-04-23T15:34:27.420-07:00LA SUPERFICIE DEL FIRMAMENTO<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los grandes
libros son aquellos que nunca envejecen y pueden leerse mil veces. Esos que
permiten a los ojos posarse sobre su caravana de letras y descubrir emociones
gracias a que la vida muda entre lecturas. Esa fabulosa magia creativa que nos
sorprende cuando el reencuentro resulta diferente. Esos recuerdos de lecturas, de
las sensaciones que se incrustan en la memoria, que afloran inesperadamente a
la menor oportunidad. Sobre todo en la infancia, cuando nos someten a un
bombardeo de fantásticas situaciones, formidables personajes, aventuras extraordinarias
y emociones infinitas. Cuando leer, o incluso escuchar, se convierte en un goce
que se sedimenta en capas para toda una vida. Ese devenir de los años en los
que todos volvemos una y otra vez a aquellos pasajes que un día nos
emocionaron, buscando de nuevo el placer de la sorpresa renovada, de un retorno
a una inocencia aún inexplorada. Siempre hemos vivido engañados en una ramplona
explicación de las edades del ser humano, en esa artificial división sometida
al imperio de la biología, cuando en realidad la vida de ese extraño ser bípedo
pensante se divide en sólo dos etapas, la expectativa y la resignación. <b>Existir
es esperar, encontrar, sorprenderse y gozar</b>. Y por tanto leer, y por supuesto
también releer, es vivir y aguardar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero
en esa aventura de la curiosidad, que nos invita a la relectura de textos del
pasado que siempre nos esperan para revivir una emoción, es muy grato encontrar
una novedad que la última vez no advertimos. Por eso interesan todos esos libros
que se niegan a envejecer, para despojarnos de prejuicios cuando leemos sus páginas,
para reiniciarnos en la tierra ignota que hace tiempo abandonamos y que siempre
aspira a sorprendernos. Porque cada uno se reserva el inalienable derecho,
imposible de verse limitado por ningún poder exógeno, de ver, sentir e intentar
comprender las cosas como uno quiere en los diferentes momentos de su vida. Por
eso nos gusta como editores buscar nuevos territorios, explorar ese mítico paso
al noroeste que abra nuevas rutas a las emociones.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Dentro
de unos pocos días las librerías acogerán un nuevo habitante transitorio
sorprendentemente original. Un libro muy bello, para contemplar con sosiego,
que aspira a no envejecer, devolviéndonos una historia muy antigua narrada por
vez primera por su auténtico protagonista. Para asombro del lector que se
adentre en sus páginas, en su inicialmente exotérico texto y las formidables
imágenes que evoca, podrá encontrar sorpresas escondidas reservadas sólo para
quien se acerque predispuesto para el pasmo. Una obra sobre los orígenes del
universo, la vida y el ser humano. Una remota epopeya que ahora se atreve a
revelar errores, tribulaciones, dudas y venganzas, nunca expuestas así. Unas páginas
con hijos alados de un dios, que inseminaron a bellas mujeres humanas para que
procrearan a los héroes. Narrado por un ser omnipotente que contempla un universo
ocupado por aguas y que decide concentrarlas en un solo y diminuto punto para
que naciera la vida. Que se ensucia las manos con barro y que despliega una defensa
cromática para contener su cólera. Un lugar habitado por animales que hablan a
los seres humanos, gigantes e individuos que vivían cientos de años. Con plantas
que ocultaban los secretos de la vida y el conocimiento. En paraísos, ciudades
y reinos perdidos. Con exterminios, crímenes, pasiones, deseos y miedos. Un
sorprendente relato de antiguos y fascinantes mitos que dominaron hace miles de
años la superficie entonces conocida del firmamento. Una historia que comienza
con una solitaria y enigmática frase,</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b> “Yo quise que hubiera un comienzo…</b></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">” </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Autor: Algón Editores</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-hsC4wqH_k0M/VTlywzNl7CI/AAAAAAAAAoU/suHs_0FqU28/s1600/portada%2Bgenesis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-hsC4wqH_k0M/VTlywzNl7CI/AAAAAAAAAoU/suHs_0FqU28/s1600/portada%2Bgenesis.jpg" height="320" width="260" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /><iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/tghfWIpR8Zc/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/tghfWIpR8Zc?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-81321231536484829382015-04-16T18:05:00.003-07:002015-04-16T18:05:38.937-07:00UNA TEORÍA DEL FLEQUILLO<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
su libro <i>Mitologías</i> <b>Roland Barthes</b> escribió que no era posible filmar una película
de romanos con actores sin flequillo. No se podía concebir una varonil frente en
aquella época histórica sin una exuberante superficie capilar, porque era
imprescindible representar el carácter romano, con sus valores del derecho, la
virtud y la conquista. Barthes añadió que los rotundos discursos, las frases
para la historia, el debate de cuestiones universales, de emperadores,
generales o senadores romanos, debían su credibilidad a la fortaleza y
abundancia del cabello sobre la frente. A menudo las ideas y su forma de
expresarse son deudoras de elementos inicialmente inapreciables o poco
relevantes, que sin embargo resultan útiles para conferir verosimilitud. Como
los afamados arquitectos que visten de negro en evidente contraste con sus
creaciones habituales, los cantantes de románticas baladas empeñados en el disfraz
de predicadores del medio oeste, los brokers financieros con camisas adornadas
por unos gemelos obstinados en aporrear sin misericordia los teclados donde ejecutan
las órdenes que gobiernan el mundo, los multimillonarios alérgicos al peine, o
los chefs de moda que abusan de un look maoísta aunque no se aproximen a un
fogón. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero
en el extraño mundo de los escritores es complicado encontrar esas pautas tan
recurrentes. Seguramente esta es la razón por la que <b>Michel Foucault </b>afirmara en
una ocasión que uno de los principios éticos fundamentales en la escritura
contemporánea es la indiferencia de quien escribe, por la libertad que el texto
asume cuando abandona el dominio de su autor para adentrarse en la esfera
individual de quien lee. Aunque el autor siempre está presente, el lector ocupa
el espacio que se ofrece en la obra. Ya lo dijo <b>Beckett</b>, <i>“qué importa quién
habla, qué importa quién habla”</i>. Foucault también dijo que uno de los cambios
recientes más significativos fue el desplazamiento del protagonismo de la
muerte como colofón del héroe, a una escritura ligada al sacrificio. De una
obra obligada a la inmortalidad, a una escritura con derecho a matar, a ser
asesina de su autor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Un
marco ético que nos convierte en los seres más sociales de la Historia, porque
la identidad individual cede voluntariamente su protagonismo al espacio común
donde se puede ejercer la libertad, en un mundo sin esos héroes que surgen de
la fatalidad. La identidad individual es simultáneamente social, porque los perfiles
se construyen a partir de comentarios colectivizados de “me gusta” o “no me
gusta” o “compartir”. <b>Cioran</b> afirmó que por cansancio ya no necesitaba, y por
tanto no le interesaba, su faceta de luchador en la que utilizaba la negación
como una especie de liberación. Hoy la identidad individual necesita
acompañarse de accesorios para afirmarse, porque el espacio político vive dominado
por la ausencia de negación. Un espacio público que aún no ha encontrado una
visión que integre ese juego de identidades sociales e individuales, para que el
ser humano perciba que aún domina su destino. En las películas de romanos era
unánime la ausencia del poder sin flequillo, como la sociedad actual vive
dominada por muchas instituciones caducas inventadas en el pasado. Lo normal
hoy es la dificultad para proponer ideas, valores, derechos, incluso virtudes
públicas e individuales, sin estructuras postizas que antepongan un velo que dificulte
la visión de la realidad. Precisamente un emperador representado en esculturas
con rizadas barba y cabellera, el filósofo <b>Marco Aurelio</b>, dijo que <i>el mundo no
es más que transformación, y la vida solamente opinión</i>. Como si en aquella
época, además de peluqueros, ya conocieran las redes sociales por internet. Si
es que nunca dejaremos de sorprendernos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-55868076749022201322015-04-09T15:46:00.001-07:002015-04-09T15:46:22.333-07:00LA SUPERFICIE DE LAS PALABRAS<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Uno de los efectos más
indeseables del darwinismo social inoculado en las sociedades contemporáneas es
la enfermiza obsesión por la rivalidad. Algunos viven por y para esa
competencia, que siempre exige vencedores y vencidos. Un fenómeno habitual en
ambientes deportivos, empresariales, e incluso académicos, que por desgracia
también sacude al mundo de la creación artística o literaria. Como muestran las
recientes declaraciones de Michael <b>Hirst</b>, el guionista de series televisivas
como <i>Vikingos</i>, en las que afirmaba
ufano que “la novela está muerta. Para entender el mundo bastan internet y el
video a la carta.” Un argumento tan viejo como aquellos que amenazaban,
sucesivamente y sin éxito relevante, con el apocalipsis del final de los libros
cuando se inventó el cine, la radio, la televisión, las tabletas o los ebooks. El
sr. Hirst defiende un modelo narrativo que a su juicio no es posible encontrar
hoy en una novela, apoyándose en un dudoso argumento estadístico, un libro
tiene una venta media de unos pocos miles de ejemplares, mientras que una serie
de televisión se emite en más cien países y la ven millones de personas. Pero
en realidad no tenía necesidad de tal argumento, porque los más famosos toreros,
cantantes, zascandiles o equipos galácticos de fútbol, siempre han superado en
número de seguidores a cualquier novela. Para ese viaje no hacían falta estas
alforjas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero ya puestos a comparar
en estos términos la novela con las series de televisión, se podría recurrir
también al ejemplo de la fast food y la comida tradicional de calidad. Es
indudable que hoy se comen más hamburguesas y pizzas en el mundo que garbanzos,
lo que no justifica renunciar a lo tradicional porque pueda parecer una
práctica vintage de minorías trasnochadas. Pero lo más curioso, pensando en ese
argumento de la sobrevenida debilidad narrativa de la novela, es esa necesidad
de sobrevalorar la absoluta linealidad (a menudo intermitente) de una serie, que
además padece una extraordinaria caducidad. Pero no merece la pena enredarse en
este debate. Alejémonos de esa batalla tan artificial como imaginaria, que no
conduce a nada salvo a un empobrecimiento cultural innecesario. Recordemos lo
que decía el inefable Nick <b>Cave</b>, en el magnífico documental <b>20.000 días en la Tierra</b>,<i> “al fin y al
cabo no me interesa lo que entiendo bien. Lo que he escrito estos años es solo
una fachada. Hay verdades que se esconden bajo la superficie de las palabras.
Verdades que emergen sin avisar, como la joroba de un monstruo marino y que
luego desaparecen”. </i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lo importante no es el
formato sino el contenido, algo que parece olvidar estos falsos profetas de los
nuevos tiempos. Qué fatiga tanto dislate a costa de infantiles competiciones
para la nada. Qué oportunidad perdida para un prudente silencio. Qué aburrimiento
ante tan viejos debates. Pero les avisamos, nosotros a lo nuestro, inasequibles
al desaliento. Publicaremos pronto una nueva novela y no tratará de fieros vikingos.
Porque nos va esa marcha de la hablaba Nick Cave, esa que gusta de<i> “crear un
espacio donde la criatura pueda abrirse paso entre lo real y lo que conocemos.
Ese reluciente espacio donde se cruzan la imaginación y la realidad, donde
existen todo el amor, las lágrimas y la felicidad.”</i> Y eso, para nuestra fortuna
o desgracia, sólo lo sabemos hacer publicando algo tan clásico, minoritario,
asequible, maravilloso y sugerente como una novela. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Autor: Algón Editores</span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-52864521466225922642015-03-05T16:54:00.001-08:002015-03-05T16:54:52.133-08:00PHONOSAPIENS & HOMOSAPIENS<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En
la novela distópica de <b>Ray Bradbury</b>, <i>Fahrenheit 451</i>, <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">los bomberos tienen la misión de quemar libros por orden del Gobierno,
porque su lectura mostraría a los ciudadanos que eran diferentes. Destruyendo
todos los libros, el Gobierno pensaba que los ciudadanos serían forzosamente felices
al considerarse iguales y así no cuestionarían su poder. En otra curiosa
historia, en una de las películas del planeta de los simios, un personaje
virtual encerrado en una pantalla memorizó los libros clásicos para narrarlos
oralmente y así evitar la desaparición de sus contenidos tras una violenta extinción
de la civilización humana. Décadas después de estas distopías, y como diría el
conocido personaje de los dibus, “¿qué hay de nuevo viejo?”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background: white;">Por lo pronto el cierre de mil librerías en
nuestro país el año pasado, mientras que la revista The Economist nos cuenta
que, en menos de 5 años, el 80% de la población contará con un smartphone, lo
que sin duda es un proceso “igualitario” global irreversible que hará a todo el
mundo más feliz, pero probablemente <b>no</b> más culto. Además,</span> el polémico e inquietante debate administrativo
en los Estados Unidos sobre el carácter de servicio público de internet. Y también
unas declaraciones de Vinton Cerf, vicepresidente de <b>Google,</b> sobre lo que él
llama el <i>“agujero negro de la información”</i>, la desaparición irreversible e
inevitable de millones de textos, imágenes o canciones que hoy navegan por la
red, y que condena al olvido sucesivos momentos históricos. Sin duda una tragedia,
no sé cómo viviremos sin una gran parte de esa esplendorosa enciclopedia
contemporánea que reúne millones de imprescindibles entradas con 140 caracteres,
o los brillantes textos acompañados de ese democrático “me gusta”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tal
vez, después de décadas de sucesivas distopías, y a la vista de los más
recientes acontecimientos, habría que recuperar el viejo concepto de <b>entropía</b>.
Sí, ese olvidado segundo principio de la termodinámica, que explica que si se
tira un vaso de cristal contra el suelo tenderá a romperse y esparcirse,
mientras que es imposible que el vaso se construya por su cuenta cuando se
arrojan al suelo trozos de cristal. Mientras nos distraen con una falsa
controversia entre lo real y lo virtual, lo tangible y lo intangible, o como
dicen los más finos, entre el bit y el átomo, el verdadero problema reside en los
soterrados efectos de una descarnada y tecnológicamente descompensada guerra global,
que se está librando entre las débiles fuerzas del sentido de lo histórico y lo
reflexivo, frente a las emergentes y poderosas de lo efímero e inmediato. Cierran
cientos de librerías mientras se venden millones de teléfonos, perdemos memoria
digital al mismo tiempo que desaparece la analógica, consumimos alegremente sin
un verdadero sentido del coste social mientras despreciamos la cruda realidad
de un proceso económico global esencialmente entrópico. Un panorama tan dudoso como
el de aquella escena de la película del <b>planeta de los simios</b>, cuando dos de
sus protagonistas humanos se decían: “<i>tenemos
agua y comida para tres días”, “pero ¿cuánto dura un día?”, “buena pregunta”.</i> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Autor: Algón Editores <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-22039738506862080632015-02-26T13:34:00.000-08:002015-02-26T13:34:14.016-08:00PERSIGUIENDO UNICORNIOS<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Si
alguien ve el perdido unicornio azul de <b>Silvio Rodríguez</b>, recuerden que él
ofrecía en su canción una recompensa por cualquier información sobre su
paradero. El propio Silvio aclaró en una ocasión que Juan José, un hijo del
poeta revolucionario Roque Dalton, que también fue herido, detenido y
torturado, le contó que en las frondosas montañas de El Salvador, junto con los
guerrilleros que luchaban por los humildes, trotaba un caballito azul con un
cuerno. El mítico animal con cuerpo de caballo y con un cuerno en la frente, patas
de antílope y barba de chivo, ha evolucionado en el tiempo hasta convertirse en
un bello caballo blanco con su frente dominada por un poderoso cuerno, similar
al de un narval como los que custodiaba <b>Neruda </b>en su isla negra, simbolizando
la fuerza, la pureza y la humildad. <b>Jessica S. Marquis </b>ha escrito un libro,
<i>Raising Unicorns,</i> en el que da consejos prácticos para invertir en granjas de
unicornios, dirigido a inteligentes personas de negocios que saben lo que
quieren. Una guía “empresarial” que sólo sirve para alcanzar los sueños mágicos,
porque únicamente produce felicidad y nada de vulgares objetos materiales.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El
escritor </span><b style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Mujica Laínez</b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">, en su obra </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El Unicornio</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">, describe la historia del hada
Melusina. Un hada que, por culpa de una maldición, todos los sábados transformaba
su cuerpo en una serpiente con alas de murciélago. Mujica escribió que hay que
ser ciego para no ver las hadas a nuestro alrededor. Nos relató que algunas soplan
sobre las cabezas fatigadas de los inventores, pero que ahora están de capa
caída por el auge de las máquinas electrónicas. También están las caritativas que
ayudan a la gente. Las hay malas y buenas, también ricas y extravagantes que
derrochan su dinero en Venecia o en los casinos de Montecarlo, y las que
sacuden las mesas de espiritismo y ayudan al embrujamiento de las casas. Pero también,
escribe Mujica, las que son zalameras y sensuales, que engatusan a jovencitos que
ansían riquezas, muy bien vestidos para pavonearse por los halls de los hoteles
internacionales. </span><b style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">González de la Cuesta</b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> escribe en su libro </span><b style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><i>La brecha</i>,</b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> que </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“el Infierno en la Tierra lo están padeciendo
aquellos que, noche tras noche, han de abrir los contenedores de basura para
sobrevivir. Y el Cielo está arriba, entre la música electrónica que domina el
ambiente tras el pianista, sonando en el frenesí de la opulencia y la riqueza
desenfrenada”</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">. Mujica tenía razón cuando escribía que las hadas malvadas y
sofisticadas existen, porque es difícil encontrar otra explicación a lo que pasa
en estos tiempos salvo el hechizo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hoy algunos
viven sojuzgados por la melancolía, muchos creen que los retos de la vida les
suponen una barrera infranqueable, otros viven lamentándose por esos días
felices del pasado que ya no volverán, y también están los que sufren prematuramente la radical
divergencia entre futuro e ilusión. </span><b style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Antonio Machado </b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">escribió que todo pasa y
todo queda, pero como para vivir y no sólo sobrevivir es imprescindible pasar, urgen
millones de granjas de unicornios, porque es apremiante volver a soñar, reivindicar
la imbatible fuerza de la imaginación y librarse de los letales cantos de
sirena de una sociedad tan inmoral como injusta, mientras llega la fórmula que
termine con tan maldito hechizo que domina la turbia realidad. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Autor: Algón Editores</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="line-height: 18.3999996185303px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="line-height: 18.3999996185303px;"><br /></span></span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-DimbEJIVcn8/VO-EUYr1BmI/AAAAAAAAAi8/3I4KaMOpoew/s1600/frente%2Bla%2Bbrecha.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-DimbEJIVcn8/VO-EUYr1BmI/AAAAAAAAAi8/3I4KaMOpoew/s1600/frente%2Bla%2Bbrecha.jpg" height="320" width="227" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://ytimg.googleusercontent.com/vi/a81AGfl0JOY/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="http://www.youtube.com/embed/a81AGfl0JOY?feature=player_embedded" width="320"></iframe>Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-42825432137001976492015-02-19T16:21:00.000-08:002015-02-19T16:21:36.390-08:00ARMAGEDONES A LA VISTA<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El
Instituto para el Futuro de la Humanidad de la <i>Universidad de Oxford</i> y la Fundación
Retos Globales han realizado un sesudo estudio sobre las <b>doce maneras</b> en las
que puede llegar el <b>fin del mundo</b>. Científicos de tan prestigiosas entidades han
realizado este catálogo de eventuales armagedones,
para advertir a los gobernantes del
mundo de los riesgos que nos acecha como humanidad y así exigirles que
reaccionen para evitar el advenimiento de alguna de esas catástrofes apocalípticas.
Entre estas citan el impacto de un asteroide que tenga al menos 5 kilómetros de
diámetro. La inteligencia artificial, porque existe la posibilidad de que
máquinas más inteligentes que los humanos acaben con su vida y se hagan con el
poder en la Tierra. Un volcán gigante que escupa miles de kilómetros cúbicos de
letales materiales a la atmósfera. Un colapso ecológico que impida el
sostenimiento de la humanidad. Una guerra nuclear mundial. Una pandemia general
por un virus imparable. Un cambio climático extremo, provocado por al menos un
aumento de 4ºC de la temperatura global. La ingeniería genética que desarrolle
patógenos incontrolables. Y la nanotecnología aplicada en la fabricación de armas
de destrucción masiva. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hasta
aquí 9 maneras de desaparecer, pero he dejado aparte deliberadamente las <b>tres
restantes</b> que sugieren estos estudiosos, porque me parecen intelectualmente más
atractivas que las anteriores. La primera es el humilde reconocimiento de estos
sabios de la posibilidad de causas desconocidas hoy inimaginables, todo un
alarde visionario de un profundo rigor académico. Y ahora vienen las dos
mejores. El final del sistema global por una quiebra de la ley y el orden, derivada
de un colapso social o económico. Y una mala gobernanza mundial por la
incompetencia de los dirigentes que pululan por este planeta. Si es que ya lo
dijo el filósofo <b>Groucho Marx</b>, que definió a la política como <i>el arte de buscar
problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los
remedios equivocados.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo podría
sumar unas cuantas más a este preocupante listado. Por ejemplo, que una web de
contactos haya alcanzado los 30 millones de miembros da que pensar. Fíjense que
su archimillonario promotor asevera que ha conseguido el algoritmo del amor. Una
fórmula que recurre, entre otros datos, a la afición o aversión a las películas
de terror para determinar la compatibilidad de una pareja de eventuales cupidos
cibernéticos. Ahora me explico tan amplias y entregadas audiencias para tanto
zángano inútil haciéndose millonario gracias a las terroríficas sandeces que
escupen en televisión.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Si
el mundo se divide entre quienes disfrutan o rechazan el espectáculo del mal, por
fin podemos entender la actitud de muchos antes esa ecuación perfecta diseñada
con primor para un apoteósico final de los tiempos. Esa resultante de una combinación
de terror, mala política, enormes explosiones, extrañas enfermedades, amor
virtual, destrucción del planeta, decadencia social, sobrepoblación</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> de autoridades
mediocres y poder emergente de máquinas cada vez más inteligentes. </span><b style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tim Burton</b><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> señalaba
en su </span><b style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Big Fish</b><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> que </span><i style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“muchas cosas consideradas maléficas o malvadas son
simplemente solitarias y carentes de exquisitez social”</i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">. Ojalá tenga razón y no
acierte con sus predicciones la venerable academia oxoniense, aunque
últimamente el ambiente parezca tan chungo que nos haga sospechar. Eso pasa por
fijarse en lo que no se debe, teniendo tan a la mano el ratón del ordenador o el
mando a distancia de la televisión. Es que no tenemos arreglo, tanto leer,
tanto leer…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: #660000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Autor: Algón Editores</span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-28559493808818292882015-02-05T11:47:00.001-08:002015-02-06T04:04:18.179-08:00FALTA DE QUÓRUM<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hace cinco años, en un frío
día de diciembre de la ciudad de Washington, un representante de Vermont pronunció
en el Senado norteamericano, durante ocho horas y media, un discurso histórico.
El debate versaba sobre el proyecto de ley, consensuado entre los demócratas de
Obama y los republicanos, para aumentar los recortes fiscales a las grandes fortunas.
<b>Bernie Sanders</b>, el político independiente
con escaño parlamentario más longevo de aquel país, se opuso con aquel discurso
a la propuesta legislativa, describiendo los problemas de los trabajadores y de
la clase media, el dominio de la política por las corporaciones empresariales, la
creciente desigualdad entre los ciudadanos y la necesidad de un gran cambio en
las prioridades nacionales. Sanders explicó como un meticuloso cirujano, con rigurosos
datos y estadísticas, la demoledora radiografía de la sociedad contemporánea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Mientras el silencio acompañaba
a Sanders en aquella solemne sala, una formidable agitación empezó a crecer fuera
de aquellas paredes. Miles de personas se interesaron por lo que estaba
ocurriendo en el Senado. Se colapsó la señal televisiva que retransmitía en
directo el debate parlamentario, los teléfonos de los colaboradores de Sanders se
bloquearon y también se atascó el servidor oficial por la avalancha de miles de
correos electrónicos dirigidos al veterano senador. Obama forzó una improvisada
rueda de prensa con Bill Clinton para distraer la atención de aquel discurso, pero fue inútil, el aluvión seguía. Miles de personas se
hicieron amigas de Sanders en Facebook en pocas horas y, según el New York
Times, este discurso ha sido el más tuiteado de la historia. Un éxito social y
mediático que, sin embargo, no evitó la victoria parlamentaria de aquel nefasto proyecto
legislativo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Sanders ha declarado que aquel
esfuerzo no fue inútil, porque la respuesta masiva a su discurso le hace tener
esperanza. Y que si sus palabras han servido para educar a las personas, contra
esa parte más obscena de la política que sólo favorece a los ricos y a los
poderosos, sin duda han merecido la pena. En su libro </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Otro Gobierno”</i><span style="background-color: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">, </span><b style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">César Calderón</b><span style="background-color: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> seguramente advirtió la
importancia de este tipo de gestos, cuando escribió que una de las posibles
soluciones para nuestros problemas es “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">atrevernos
a comenzar a utilizar lo que los anglosajones llaman Thinking outside the box,
es decir, pensar de forma diferente, poco convencional y desde una nueva
perspectiva, analizando nuestra sociedad en base a lo que es, evitando los
apriorismos y trazando posteriormente soluciones reales a los problemas
existentes”.</i><span style="background-color: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Tal vez haya llegado el momento de dejar de prestar atención a
los que están obsesionados con el poder y a cambio exigir que nos expliquen con
claridad qué hacer con él. Tal vez así no nos pase como a Sanders, que terminó
su discurso de ocho horas y media con una desconsolada frase lapidaria,</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 18.3999996185303px;"><b>“tras todo esto, cedo la palabra, pero creo que tenemos falta de quórum”.</b></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b><i><br /></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="background-color: white; line-height: 18.3999996185303px;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="background-color: white; line-height: 18.3999996185303px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="background-color: white; line-height: 18.3999996185303px;"><a href="http://algoneditores.es/libros/otro-gobierno">http://algoneditores.es/libros/otro-gobierno</a></span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-27978399528676844092015-01-29T15:24:00.000-08:002015-01-29T15:24:08.713-08:00UNA TIRITA SOBRE EL ALMA<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sostiene
Daniel Ter, en sus <b>Memorias de un asesino a sueldo</b>, que <i>“Edison era un capullo”</i>. Y sigue escribiendo, <i>“¿por qué estoy hablando de este tío? La bombilla. Por lo visto hizo
más de mil pruebas hasta dar con un material adecuado para usar como filamento.
Y solía decir que más que descubrir uno que funcionase, encontró novecientos
noventa y nueve que no lo hacían. Lo que me lleva a pensar que las cosas malas
suceden más a menudo que las buenas. Y que solo el optimismo genético nos impide
verlo. Optimistas por naturaleza. Está asociado a la supervivencia de la especie.
Si no, nos hubiéramos extinguido hace tiempo.</i>” </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Este desconcertante asesino profesional
se pregunta, además, si los individuos</span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> son malos o buenos por naturaleza,
por algún designio divino, o, por el contrario, no es más que un humano acto de
orgullo creer que eso depende de uno. Un asunto que viene de antiguo, porque ya
San Pablo dejó dicho </span></span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“oh, hombre! Pero ¿quién
eres tú para pedir cuentas a Dios? Acaso la pieza de barro dirá a quien la
modeló ¿Por qué me hiciste así?”</i><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">. El filósofo <b>Byung-Chul
Han</b> se pregunta, (la guinda del pastel), </span></span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“¿queremos
ser realmente libres? ¿Acaso no hemos inventado a Dios para no tener que ser
libres? Frente a Dios todos somos culpables</i><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">”. Un formidable enredo, porque si
es voluntad divina para qué contradecirle, y si no lo es, como dice nuestro
asesino de cabecera, </span></span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“¿dónde está el puto
libro de instrucciones?”</i><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pues
está la cosa animada esta semana. Y para remate del tomate, <b>Han</b> afirma que “<i>vivimos una fase histórica especial en la
que la libertad misma da lugar a coacciones. El deber tiene un límite. El poder
hacer, por el contrario, no tiene ninguno”</i>. Ahora consigo explicarme esta
tormenta perfecta de la penosa sociedad del siglo XXI. Tanto pensar en la remota
infancia que esta nueva era vendría animada por platillos volantes, pollo asado
en píldoras y marcianos invasores, para ahora, unas décadas después, intuir que
no somos más que unos miserables esclavos de la vanidad humana, porque al
parecer se puede hacer todo y de todo, menos lo que se debe. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Confirma
esa tesis Daniel Ter, cuando afirma que “<i>las
revistas de tíos hacen que piense que el mundo me debe algo: hay quien acata
las reglas y quien pasa de ellas, hay quien espera a que se lo cuenten y quien
prefiere probarlo él mismo.</i>” Pero nuestro asesino concluye, “<i>no pillo la tuerca. ¿De qué va en el fondo todo
esto? ¿Afirmación personal? ¿Qué eres un ser superior? ¿Qué estás en la punta de
su pirámide alimenticia y que diez mil años de teoría darwinista corren por tus
venas? ¿Es algo de eso? ¿O es simplemente que eres bobo?</i>” Su respuesta es
lapidaria e inquietante, “<i>es inútil poner
una tirita sobre un alma enferma</i>”. Hacer, cambiar, gozar, emprender, corregir,
aprender, amar, luchar, comprender, bellos y difíciles verbos. Pero ya saben,
el principio fue el verbo. Por si acaso, y mientras se aclaran, no “hagan” un Edison
y aprendan el consejo que nos da nuestro asesino, “<i>nunca comas donde los menús tengan fotos de la comida y nunca te quedes
en una fiesta el tiempo necesario para que te pidan que ayudes a recoger</i>”. Es
que nunca escarmentamos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Autor: Algón Editores</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-XsnBKWa0FRA/VMrA5lr8w7I/AAAAAAAAAgg/7hjDAUwtJ0c/s1600/FRENTE%2BMEMORIAS%2BASESINO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-XsnBKWa0FRA/VMrA5lr8w7I/AAAAAAAAAgg/7hjDAUwtJ0c/s1600/FRENTE%2BMEMORIAS%2BASESINO.jpg" height="320" width="205" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-60230263961951869312015-01-22T15:29:00.001-08:002015-01-22T15:29:04.551-08:00COPIAR, TRANSFORMAR Y COMBINAR<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Descontados
los ardores de salón de aquellos empeños radicales que pretendían en el
pasado cambiar el mundo, ni siquiera los ánimos alcanzan ahora, en el mundo cultural
patrio, para abrazar la filosofía que emana de fenómenos como la economía colaborativa,
la democratización del acceso en contraposición a la posesión, o la generación
de pequeños ecosistemas en los que compensar los problemas de una sociedad de
coste marginal cero. Esos nuevos procesos que apuntan a cambios profundos, pero
que encuentran un sospechoso silencio en nuestro reino cultural habitado por
viejos y desconfiados hidalgos, bastante hambrientos y algo envidiosos, pero siempre
dignos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nosotros
queremos romper una lanza por esos tiempos que vienen, somos así de atrevidos. Hoy
escribimos sobre libros de la llamada “competencia”, (qué cosa más ridícula,
como si eso existiese en esta época de aridez cultural). Queremos citar obras que
nos gustan, pero que no salen en los rankings habituales. Como la monumental “<i>El
Muro de hierro</i>”, de editorial <b>Almed</b>, el mejor libro publicado sobre
el conflicto palestino israelí. La pedagógica lucidez de “<i>El grafiti de firma</i>”,
publicado por <b>Minobitia</b>, que nos ayuda a entender los nuevos lenguajes tan distantes
de las editoriales convencionales. Cómo olvidar el impacto que nos causó “<i>Historias
inverosímiles, en general</i>”, de Alasdair Gray, de <b>Rayo Verde</b>. Esa inquietante mirada
a nuestras raíces más oscuras, en el ebook “<i>El caso de la mano perdida”</i>, de <b>Sinerrata. </b>También libros de más allá de nuestras fronteras
administrativas, como “<i>Verde que me muero</i>”, de <b>FB Libros</b>. Esas
obras que nosotros no hemos publicado, pero que por fortuna si lo han hecho los
que compiten con nosotros por el pequeño hueco en el expositor del librero. También
queremos hablar de un libro que hemos adoptado. (¡Hemos inventado la adopción
de libros! ¡Y usted también puede!, anímese y apadrine libros que le gustan
para que los lean la gente que quieren). Hablamos de “<i>El fémur de Eva</i>”, de Fani
Grande, de <b>#CientoCuarenta</b>. Cómo no caer rendidos ante las pequeñas joyas contenidas
en el libro, como <i>¿Por qué mueren los polumbis?</i>, o <i>Elogio del monosílabo, Planeta
clítoris, Macondo sin sol</i> o <i>Vivir en San Olaf</i>. Compren el libro, aquí no somos
capaces de expresar en tan pocas líneas la violenta lucidez de ese monumento cívico
a la inteligencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Los
norteamericanos más listos dicen que vivimos una era cultural del “<b>remix</b>”, ese
concepto acuñado en el mundo de la música que explica el proceso creativo como una
“remezcla”, ese canon interactivo consistente en <b>“copiar, transformar y
combinar”</b>. Nosotros, para que no digan que no estamos a la última, hemos intentado
hacerlo </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 18.3999996185303px;">hoy </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">con algunas ideas ajenas, como siempre con una enorme hambre de nuevos aires, y con el recurso a eso que Fani llama un "<i>escrache literario",</i> ese </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">que "únicamente
se recomienda hacer con libros que se hayan disfrutado terriblemente”, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 18.3999996185303px;">como estos pocos libros de otras editoriales</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Seguramente no somos más que unos cándidos transgresores dopados con romanticismo, como nuestra
admirada Fani cuando afirma que “<b>a las cuevas del alma se llega mejor con una
caricia que con una crítica</b>”. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-29060289674063784402015-01-15T15:38:00.001-08:002015-01-15T15:38:29.777-08:00LABERINTO DE ESPEJOS<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Mientras
los grandes veleros se alejaban de la costa cuando la mañana balbuceaba temprano,
en el muelle se repartían los carruajes solitarios enganchados a caballos que resoplaban
impacientes. Sobre sus adoquines bañados por la lluvia reposaban inmóviles y
huérfanos los baúles, muebles, libros y cuadros abandonados por sus dueños. Sobre
la cubierta de los navíos que enfilaban hacia el horizonte se agitaban inquietos
los rostros desencajados, los llantos contenidos, las miradas ausentes y las carreras
inocentes de los niños. Sus ilustres pasajeros, dominados por el pánico en su
desordenado aluvión humano hasta alcanzar el refugio flotante, viajaban sólo
con la ropa puesta, muy lujosa, adornada con encajes, brocados con oro, sedas, volátiles
gasas y voluminosas joyas. Tras siete semanas de travesía vestían miserables
andrajos. Al llegar a su destino no eran más que una aparición fantasmagórica, una
colmena macilenta de cráneos rapados por las plagas de diminutos agresores,
habitada por enfermos, hambrientos y seres silenciosos de ojos sombríos. Aquel viaje
fue la huida masiva de todo un régimen. Cuando las tropas napoleónicas cercaban
Lisboa en 1807, la familia real portuguesa, embarcada junto con otros 10.000
pasajeros en una precaria flota, entre los que había ministros, burócratas, clérigos,
criadas, cocineros, aristócratas, doncellas, mayordomos, la mayoría con sus familias,
huyó de la furia del pequeño corso, trasladando la Corte y el gobierno nacional
de Lisboa a Río </span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">de Janeiro. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Durante
13 años aquella monarquía, devenida tropical, se enfrentó a la cruda existencia
de sus propios fantasmas coloniales, ahíta de esclavos y terratenientes, en un
inmenso paraíso atiborrado de jugosas frutas y provechosos minerales. Cercanos pero
indiferentes a su nueva realidad, las intrigas palaciegas se multiplicaban en
una Corte seducida por la exuberancia local y la pereza del retorno. A pesar de
la lección del obligado exilio y la fatalidad de sus pérdidas en el lejano muelle
de su patria, el poder, con sus venales instrumentos humanos, seguía inmutable gracias
a la réplica artificial de su tradición palaciega.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Aquella
corte que orillaba el exilio a miles de kilómetros, pero que reproducía inalterable
sus peores costumbres, enseña lo difícil que le resulta al poder aprender
de lo inmediato y lo fácil que le supone adaptarse a cualquier medio y
circunstancia por adversos que sean. Al recordar aquel antiguo éxodo institucional, y ahora que la contienda electoral se aproxima y las
cuchillas se afilan, se puede aprender que da igual que el poder y su
ecosistema estén cercanos o alejados de la vida real, porque algunas de sus peores
leyes parecen inmutables. Los hábitos dominan a las razones, los contrastes
vencen a las iniciativas, las pasiones al conocimiento, la herencia a la
capacidad, la afinidad a la propuesta, la ubicación a las ideas, en un laberinto de espejos, donde la
realidad se esconde donde nunca se encuentra, mientras su huidiza apariencia
se multiplica miles de veces hasta confundir. En su libro </span><b style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Democracia Hacker</b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">,
</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">César Ramos</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> escribe que tarde o temprano las crisis pasan, y los políticos dejan
de ser considerados como uno de los principales problemas de los ciudadanos. Pero
ahora, a punto de comenzar el espectáculo democrático de la oferta y la demanda,
resultaría insoportable un juego del gato y el ratón entre política y realidad.
Se necesitan con urgencia más ideas, imaginación e ilusión, y sobran empujones e inercias,
sobre todo porque este país no tiene a su alcance remotos ultramares donde
refugiarse, mientras los que vienen del norte consolidan su conquista. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><b>Autor: Algón Editores</b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><b><a href="http://algoneditores.es/libros/democraciahacker">http://algoneditores.es/libros/democraciahacker</a></b></span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-19174365551505658682015-01-08T15:50:00.000-08:002015-01-08T15:50:15.469-08:00TAMBIÉN SOMOS CHARLIE<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Somos una editorial
independiente, unos humildes defensores de la libertad frente a la violencia que
pretende el silencio impuesto y sin razones. Defendemos el poder de la palabra
frente al fuego que escupen las armas. Por eso, horrorizados por el cruel
atentado en París</span><span style="line-height: 115%;">,</span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> reivindicamos con más fuerza que nunca, frente a los
fanáticos, el derecho irrenunciable a la libertad de expresión. Los terroristas
han fallado estrepitosamente el objetivo, de nuevo, porque su infame acto
reafirma el anhelo permanente de libertad y dignidad. No serán los exaltados integristas quienes
conduzcan el mundo hacia el futuro, por mucha sangre que quieran derramar. No
callarán las ideas aunque ejecuten a las personas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y además tuvo que ser
precisamente sobre suelo parisino donde cometieron su bárbaro atentado,
sobre los mismos adoquines que algún día pisaron Voltaire, Zola, Baudelaire, Camus o Cortázar. Esos salvajes no
entienden nada. No comprenden que no se puede envolver la ciudad de la luz con
el manto tenebroso de la violencia y el odio. Ignoran que el pasado, el
presente y el futuro no les pertenecen y nunca les pertenecerá, porque la
cultura, la democracia, la ciudadanía, la tolerancia, la ternura y algo tan humano como la indulgencia ante otro ser humano, no se pueden destruir con
muertes inútiles. La partida la tienen perdida de antemano por muchas atrocidades que quieran cometer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Un atentado que ha ocurrido a principios
de 2015, precisamente a pocos días del aniversario de un hito histórico fundamental en los
derechos humanos. El próximo 31 de enero se van a cumplir 150 años de la
votación de la Decimotercera Enmienda de la Constitución norteamericana que abolió
la esclavitud. Una victoria de la decencia moral frente a los extremistas, que además
tuvo el formidable mérito de acordarse en medio de una guerra civil sangrienta.
Una de las gestas más brillantes de la historia del ser humano, obra de un
parlamento emanado de una revolución que venció a las trabas de aquellos fanáticos
que asustaban con el caos para evitar lo inevitable, el final de algo tan
inaceptable e inmoral como la esclavitud. Los mismos exaltados que advertían de los
riesgos del derecho al voto para los antiguos esclavos o para la mujer. Los
mismos que asesinaron a Lincoln, pero que no pudieron evitar el final de la
opresión legal del hombre por el hombre con la excusa del color de la piel. Los
mismos que sustituyen la palabra por las armas cuando saben que nunca
alcanzarán la victoria y sólo les queda el daño, la agresión, el asesinato. Un pasado y un presente que se entrelazan para recordarnos y devolvernos la certeza del progreso de la humanidad, que no
puede amordazarse con el recurso a la
violencia, a las armas, a la amenaza, al chantaje. Esos viejos e inútiles hábitos de quien
tiene miedo, de quien vive preso del temor al presente y al futuro, de quien se
siente débil ante un buen argumento o un simple razonamiento, de quien tiene
pánico al diálogo pacífico y a la crítica, de quien se siente asustado por un libro o una revista, de quien se sabe acorralado porque conoce la fatalidad de su derrota. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La violencia siempre vive
rodeada de gritos, dolor, tragedia y estupidez, mientras que la fiesta de la
humanidad sobrevive a través de los siglos, a menudo con la sangre derramada de
sus héroes, superando y venciendo a los intransigentes. Por eso hoy tenemos que
recordar y proclamar que la violencia no puede vencer las legítimas aspiraciones
de libertad del ser humano. Por eso hoy, desde la humildad y el respeto, esta pequeña
editorial quiere ser parte del clamor enardecido que recorre las calles
de París y de medio mundo. Con orgullo y pesar, con el corazón encogido, con la firmeza de nuestra convicciones, con el recuerdo de las víctimas, también nosotros </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b>Je suis
Charlie</b>. <b>Nous sommes Charlie.<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><b><span style="color: #660000; font-size: x-small;">Autor: Algón Editores</span></b></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-998504222082966152014-12-25T16:25:00.001-08:002014-12-26T15:35:44.191-08:00CIERRA LOS OJOS<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En la
novela <b><i>Todo el mundo odia a Yoko Ono</i></b>, su autor, <b>Andrés Barrero</b>, describe
una </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 20px;"> </span><span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 20px;">“tranquilidad como si se tratase de un cuadro de Edward Hopper, una de esas estampas en las que todo parece apacible pero existe una indefinible sensación de que algo sórdido ocurre sin que se sepa muy bien qué”.</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Una imagen de una normalidad
cotidiana que podría ocultar en sus entrañas una maldad o una tragedia que no acaban
de mostrarse, o tal vez la violenta y fatal rotundidad de lo anodino. Los
cuadros de </span><b style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hopper</b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> siempre nos abandonan a la duda, incluso a una incómoda ansiedad, como invitados
mudos de una escena en la que se nos permite mirar en silencio pero no
intervenir. La ropa de los protagonistas, la simplicidad de las habitaciones de
hotel, la luz mortecina que domina la noche de una solitaria cafetería, muestran
una soledad que nos afecta, aunque los códigos estéticos y ambientales hayan
cambiado desde hace décadas. Mientras que aquella soledad hopperiana, poblada
de rostros huidizos, aparecía silenciosa y austera con una sobrecarga de equívoca
realidad, hoy habría que recurrir al ruido, al exceso desbordante, al
espectáculo, a la inefable semiótica de grafitis dominados por una geometría de
afiladas aristas y grosero gigantismo facial, al reluciente y aséptico barroquismo
de aeropuerto o de centro comercial, a la embarrada carpa sembrada de miles de
zapatos que no distinguen entre clases sociales, al movimiento celular de una autopista
o a los restaurantes de comida rápida diseñados para cerebros infantilizados, para
mostrar el lado más oscuro y solitario de nuestra sociedad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lo paradójico
es que Hopper pintó aquellos cuadros melancólicos en épocas de prosperidad,
mientras que hoy, en la crisis moral y política más profunda de décadas, la
soledad se pierde obscenamente en un reinado de inservibles vehemencias sin margen
para la vacilación. Richard P. Feynman nos enseñó que no existe autoridad que pueda
decidir qué idea es buena y por tanto no necesitamos a ninguna que nos la
muestre; pero hoy asumimos con una temible facilidad vivir rodeados de poderes,
siempre tan semejantes como ordinariamente anónimos pese a sus costosas
campañas de marketing y encumbradas tribunas, que nos obligan a una realidad plana,
lineal, constreñida, ausente de cualquier rastro de ambigüedad o matiz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por
desgracia hoy el contexto vence a la perspectiva, porque la duda pública sustantiva
ha desaparecido, no está de moda, no tiene cabida en los miles de contenidos
que se vuelcan diariamente en televisión, radio o internet. Aunque tenemos a
nuestro alcance una información colosal que hubiera hecho enrojecer de envidia
a nuestros antepasados, la cruel realidad es que seguimos siendo torpes para
diagnosticar y resolver problemas sencillos de la vida cotidiana. El maestro <b>Feynman</b>
escribió que dudar es de gran valor para poder pensar en términos de progreso,
porque sin dudas o incluso sin ignorancia no se formularían preguntas y por tanto
no existirían ideas nuevas, y sin estas nunca sabríamos qué es lo realmente
verdadero, conformándonos con una realidad escasamente complaciente con nuestra
libertad. Hay que dudar para existir, confundir para pensar, negar para
construir, atreverse para descubrir, disentir para crear, distanciarse para ver
e imaginar para ser feliz. O como escribe con implacable belleza <b>Andrés Barrero</b>,
<i>“reía tanto como lloraba, hablaba tanto como callaba y miraba tanto como
cerraba los ojos”</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Autor: <span style="color: #660000;">Algón Editores</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-f2usbwDsVYs/VJynRXgiSGI/AAAAAAAAAes/STk1rSfc0HQ/s1600/cubierta%2BYoko%2BQUINTA-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-f2usbwDsVYs/VJynRXgiSGI/AAAAAAAAAes/STk1rSfc0HQ/s1600/cubierta%2BYoko%2BQUINTA-.jpg" height="320" width="209" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><a href="http://algoneditores.es/libros/todo-el-mundo-odia-a-yoko-ono-1">http://algoneditores.es/libros/todo-el-mundo-odia-a-yoko-ono-1</a></span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-75398503942977337922014-12-18T16:30:00.000-08:002014-12-18T16:30:06.858-08:00MONOSÍLABOS, DRAGONES Y NAVIDADES<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Si,
si, los rumores eran ciertos, vuelve este blog por navidad. Y con muchas ganas
de estar de nuevo con vosotros cada semana desde este humilde zaguán para la reflexión. Y
acompañado, nada más y nada menos, que de una impactante novedad editorial. Una
colección de quimeras que emprende su andadura con el relato de la antigua
China del origen de los tiempos. Un libro para renovar nuestra complicidad con los
lectores, con la fuerza desbordante de las ilustraciones únicas de Miguel
Carini, que golpean con su formidable discurso estético nuestra conciencia y educan
nuestro paladar con su inagotable belleza. Pero, podrían preguntarse, por qué
bucear ahora en las quimeras del más remoto pasado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No
hay mejor respuesta que aquella que escribió el poeta Langston Hughes, <i>“creer
en ninguna otra cosa que los libros, el asombroso mundo de los libros, donde la
gente sufra en bello lenguaje, y no en monosílabos…”.</i> Por eso este proyecto
poblado de quimeras. Porque estamos saturados de verdades absolutas en esta era
monocromática, ruidosa, excesivamente protagonizada por aquellos que nunca
dudan y que se empeñan en convencernos
de un bien y un mal sin matices. Una colección de quimeras, para recordar que no
ha habido un salto intelectual más formidable y apasionante, en la historia de
la humanidad, que aquel viaje desde las cosmogonías hacia los complejos equilibrios
de la moral y la política, desde la observación inocente del universo hacia un ser
humano como centro de gravedad de las preguntas y respuestas sobre su propia
existencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Un
humilde guiño para estos tiempos tristes. Intentando aprender de los sabios de
la antigua Grecia, que nos enseñaron que en tiempos de crisis el discurso
político, el espacio cultural, el orden moral, se empobrecen hasta ese estado
monosilábico del que hablaba el poeta, mientras que en las eras de esplendor el
protagonismo ha de corresponderle a los aventureros del lenguaje, porque la democracia y el
poder dependen del pueblo, y a este sólo le queda la palabra, la capacidad de
argumentación, el debate, la necesidad de los matices y la importancia crucial
de la diferencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En nuestro
libro <b>El Origen de los tiempos</b> se traza ese recorrido del arte de vivir, del
mito al pensamiento, de los dioses y dragones a los hombres y mujeres, de la magia
a la razón. Una antigua leyenda para comprender que en la memoria colectiva se
agazapa la virtud en forma de belleza, de solidaridad, diversidad y razón. Es
impresionante releer en esta obra a Confucio, que advirtió hace cientos de años
que aquel hombre que no se preocupe del futuro está condenado a preocuparse del
presente. Ahora que llega la navidad, esos días entrañables de livianos
balances y legítimos anhelos de mañanas mejores, ofrecemos un libro bello, un
clásico recién nacido, una gozosa aventura intelectual y estética, para poner
un granito de arena para ese futuro que necesita de un pasado que termine con el
presente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: #660000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b>Feliz
navidad</b></span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: #660000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><b>Autor: Algón Editores</b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-1qkgkYmwBnQ/VJNurBIZWoI/AAAAAAAAAeY/IR7DE2lffl0/s1600/SOLO%2BUSAR%2BESTA.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-1qkgkYmwBnQ/VJNurBIZWoI/AAAAAAAAAeY/IR7DE2lffl0/s1600/SOLO%2BUSAR%2BESTA.gif" height="320" width="258" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b><a href="http://algoneditores.es/libros/el-origen-de-los-tiempos">http://algoneditores.es/libros/el-origen-de-los-tiempos</a></b></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-85224862511603302952014-02-06T17:13:00.000-08:002014-02-06T17:13:09.913-08:00EL SUBURBIO DEL ALMA<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Si buceamos en los orígenes
de la democracia podemos encontrarnos con Clístenes, que vivió hace más de
2.500 años. Un audaz legislador que, enfrentándose a la tiranía y oligarquía de
la época, introdujo el gobierno democrático en la vieja Atenas impulsando dos
instituciones jurídicas de notable inteligencia, el <i>ostracismo</i> y la<i> isonomía</i>.
La primera se refería a ese acto democrático que consistía en los ciudadanos
reunidos en asamblea, que escribían sobre una cáscara de huevo, un caparazón de
tortuga, una concha de ostra (de ahí le viene el nombre) o un trozo de
terracota, el nombre de una persona cuyo destierro se consideraba necesario
para el bien público. La isonomía, cuyo recuerdo ha tenido menos fortuna que el
ostracismo, se refería al principio de igualdad de los ciudadanos ante la ley.
Un sistema organizado desde la igualdad en la representación política territorial,
así como en el sorteo para la designación de los políticos y de los magistrados
que impartían justicia, que además tenían que ser escrutados antes de su
elección y estaban obligados a dar cuentas tras su mandato. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Muchos siglos después de
Clístenes, la democracia aparenta hoy un aspecto más lozano en esa arquitectura
kitsch de parlamentos y gobiernos dominada por columnas y frontones de
inspiración griega, que en aquellos viejos principios de la persecución del
bien común, la igualdad de derechos, la idoneidad y responsabilidad en el
ejercicio de la política y en la impartición de justicia. Una
arquitectura política que contrasta con aquello que dijo el escritor <i>J.G.Ballard</i>,
cuando afirmó que su esperanza para el futuro residía más en los suburbios que
en las zonas urbanas, por su vida más intensa, por su condición de frontera con
el futuro, por su diversidad de tendencias sociales, por su cultura de
“aeropuerto” que representa un mundo nómada que observar. Ese suburbio alejado
de la pomposidad monumental de instituciones pobladas por imitaciones de la antigüedad, por
enormes relojes que ordenan el tiempo ciudadano, por elevadas escalinatas que las
alejan deliberadamente de la calle, y por esos espacios solemnes siempre
cerrados y vigilados, radicalmente indiferentes a esos espacios de pensamiento
y creación tan abundantes como políticamente irrelevantes que proliferan en las
periferias de las grandes ciudades. Ballard señaló que hoy existen más
intelectuales en San Francisco que en el Paris de los años 20, pero, como él
mismo denunció, las eternas verdades burguesas dejaron sus víctimas en manos de
la gente joven, con su alma sembrada de punta a punta con la semilla del
consumismo. Por eso nos invitó, cuando viéramos un capuccino o un croissant a
la venta, a erigir un pedestal a la libertad tirando un ladrillo a través de la
ventana, reaccionando así contra la globalización de la identidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Este escritor también escribió
que <i>“hoy en día, personas como ustedes pueden existir al menos en esa brecha
que se abre entre el mundo del pasado y el mundo que viene. Pero no falta mucho
para que esa brecha se cierre”</i>. Aún queda un resquicio para la esperanza, sin
tener que llegar a una inútil y violenta cruzada contra el consumo globalizado.
Recordemos al viejo Clístenes mientras vemos convertidas sus ideas en una
caricatura deformada por trasnochados capiteles y lúgubres togas. Tampoco
estaría mal recuperar ese<a href="" name="_GoBack"></a> humilde caparazón de ostra con
el que defender el bien común. Incluso podríamos recuperar el viejo concepto de
isonomía, cuya etimología original significaba precisamente repartición
equitativa. Es el poder del suburbio del alma democrática, inspirado en el
recuerdo de aquella antigua asamblea de ciudadanos que se respetaban como
iguales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-90865985573301134112014-01-23T17:21:00.001-08:002014-01-23T17:21:31.215-08:00POSTALES DESDE EL ESPACIO<div style="background: white; line-height: 14.4pt; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 4.8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">De acuerdo con los cálculos de su
promotor, un empresario hotelero de la ciudad norteamericana de Las Vegas, en
menos de una década su compañía estará en condiciones de ofrecer el alquiler de
viviendas e instalaciones de trabajo a cualquier gobierno o empresa del mundo.
Una noticia escasamente sorprendente salvo por el singular matiz de que estas
se ubicarán en unas estaciones espaciales de su propiedad. Bigelow Aerospace,
que así se llama tan original empresa inmobiliaria, pretende construir una
estación espacial propia para el año 2015, la Commercial Space Station Skywalker,
a la que se podrá viajar pagando unos 7,9 millones de dólares, bastante menos
que los 30 que se vienen cobrando a los turistas que visitan la Estación
Espacial Internacional. Esta compañía afirma, ufana y sin complejos, que los
mayores obstáculos que afronta son políticos y legislativos, no de carácter tecnológico.
Si gustan visitar su web, le informarán de esta oportunidad única para pequeños
países y empresas que no necesitarán de costosos programas espaciales propios
para investigar en condiciones excepcionales. Con solo rellenar un formulario,
idéntico al que aparece en miles de portales de venta de lavadoras, camisetas,
viajes o entradas para conciertos, le atenderán sin compromiso.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; line-height: 14.4pt; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 4.8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 14.4pt;">Dentro de pocos años, el espacio estará
concurrido de naves y estaciones espaciales privadas, con abnegados ejecutivos,
técnicos y científicos, saltando como gráciles bailarinas en el ballet
ingrávido que dominará estos sofisticados laboratorios y viviendas. Un mundo
inexplorado que ya está ocurriendo mientras por aquí se </span><b style="line-height: 14.4pt;">reduce</b><span style="line-height: 14.4pt;"> el acceso a los recursos
más elementales asociados al bienestar y el avance del conocimiento. Un nuevo paso
que obligará por fin a nuevas instituciones internacionales más eficaces y
poderosas que las actuales. Pero, sobre todo, un gran salto para empequeñecer desde
la distancia los conflictos, mezquindades y viejas desigualdades que hoy
flagelan a la humanidad, gracias a la lejana perspectiva que se asomará a los
estrechos ventanales de esos inmuebles inflables que poblarán nuestra mirada
cuando la alcemos buscando en la noche las estrellas.</span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 14.4pt; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 4.8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: transparent; line-height: 115%;">Es difícil, conociendo esta
realidad inminente, no recordar la película protagonizada por Matt Damon y
Jodie Foster, </span><i style="background-color: transparent; line-height: 115%;">Elysium</i><span style="background-color: transparent; line-height: 115%;">, en la que se nos describe un planeta Tierra superpoblado
y contaminado, que observa en la distancia un exclusivo hábitat espacial
ocupado sólo por ricos magnates. Un mundo dual más cerca del terror que de la
ciencia ficción, en el que la medicina, la educación, las viviendas, el ocio o
la felicidad, dependen exclusivamente de la renta económica. Un orden injusto y
desigual que sin duda a cualquiera le costaría aceptar en los tiempos actuales.</span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 14.4pt; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 4.8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: transparent; line-height: 115%;">Ojalá que el viaje desde la sociedad
agrícola de nuestros abuelos, a través de la salvaje experiencia bélica de
nuestros padres y de la banalidad de la generación que hoy gobierna el mundo,
hasta el presente y futuro inciertos de nuestros hijos, nos esté conduciendo hoy
a un nuevo espacio de oportunidad. Aunque la tecnología va más rápida que la
capacidad colectiva para ofrecer un mundo justo, esa posibilidad necesita superar
la soberbia institucional y el humilde reconocimiento de que el presente no
funciona bien y necesita ser reparado con urgencia. Una ocasión que pide algo
tan simple como otra mirada, o como decía uno de los personajes de esta
película, dirigiendo sus ojos hacia el maravilloso e inaccesible hábitat
espacial, “</span><i style="background-color: transparent; line-height: 115%;">¿ves lo bonito que parece
visto desde aquí?</i><span style="background-color: transparent; line-height: 115%;">, </span><i style="background-color: transparent; line-height: 115%;">bueno</i><span style="background-color: transparent; line-height: 115%;">, a</span><i style="background-color: transparent; line-height: 115%;">hora mira como nos vemos desde allí”…</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="color: #660000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-76538165492978851612014-01-16T17:40:00.000-08:002014-01-16T17:40:29.890-08:00IRRITACIÓN Y SENSIBILIDAD<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Uno de los aspectos más
extraños de este siglo es la inexplicable y radical asimetría que enfrenta el conocimiento
alcanzado con el poder y sus instituciones. El admirable salto intelectual de
la ciencia y el arte en el siglo XX, que desde bien temprano cuestionaron los
paradigmas del pasado ofreciendo una nueva visión de la realidad, con teorías
como la relatividad o el cubismo, no fue acompañado de una visión más avanzada
e inteligente del poder. La sanguinaria locura del nazismo o el estalinismo encogieron
las ganas de los experimentos, empujando hacia una expectativa distópica con
más presencia que cualquier tentativa moral. Una cartografía del poder dominada
por un plano unidimensional, limitado, artificioso, sin ángulos ni aristas, que
abusa de los colores postizos y los gruesos trazos diseminados sobre esos mapas
políticos que desde hace tiempo tienen más importancia que los humanos y los
físicos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cómo evitar esta sensación
al leer, en la edición de ayer del Financial Times, en una crónica sobre el
debate del salario mínimo en Alemania, tanta vesania interesada contra una
regulación legal que defiende, en una de las naciones más ricas del planeta,
fijar los ingresos básicos que debería recibir un ciudadano por su trabajo, en
una controversia que pretende oponer el cálculo de rentabilidad de una minoría
frente al bienestar y dignidad de millones de personas. O leer en el último
número de la revista Foreign Affairs, el consenso existente entre los expertos en estrategia de seguridad
nacional, norteamericana, que alertan del riesgo derivado de la fragilidad de
las estructuras de los Estados de otras naciones.O en otro artículo de esta misma
revista, sobre la tendencia imparable de los Estados Unidos a un sistema
inspirado en la socialdemocracia europea, gracias al Obamacare que está
impulsando políticas públicas y la renuncia a viejas ideas pro-mercado, en una
nación con una desigualdad y disparidad de rentas que han alcanzado límites
inmorales. Un inesperado transformismo de Alemania y Estados Unidos, rematada
en esa frase del citado artículo que sostiene que “<i>el Obamacare es desde muchos puntos de vista el avatar, el arquetipo,
del liberalismo moderno”.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hace unos días, una
productora de cine chilena publicó un anuncio en el que pedía voluntarios para
actuar de extras en la filmación de la película “Los 33”, basada en la trágica
historia de los mineros atrapados en una perdida mina en el desierto de Atacama.
Este informaba que “<i>no se necesita
inscripción, solo deben llegar el día indicado, tampoco se necesita experiencia
previa, solo las ganas de participar y el compromiso con la película ya que se
recreará uno de los <b>sucesos más
importantes de nuestra historia</b> y que <b>representa
el espíritu de la zona</b>…”</i>. Sin duda, una epifanía sustitutiva
de la realidad, que reduce la miseria a un falaz espectáculo de héroes de
cartón piedra, para nutriente de autoestima y consuelo de las masas de pasivos
espectadores en la negrura de una sala de cine.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tres buenos ejemplos del
extraordinario alcance de la teoría política de este siglo XXI. Salario mínimo,
salud básica, mistificación de la realidad. Argumentos y controversias
desplegados en un perfecto ambiente de penumbra, expuestos en un plano
unidimensional, representados con imágenes que aspiran a imitar la realidad, e iluminados
por un único haz de luz. Es la victoria del viejo juego del poder sobre el arte
y la ciencia, sobre el avance del conocimiento o las lecciones de la historia.
Es la vigencia del mito de la caverna. Es la trágica verdad que encierra
aquella frase que escribió Bertolt Brecht, <a href="" name="_GoBack"></a>“<b>no escapa del pasado el que lo olvida</b>”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-35131560153953127472013-12-19T17:05:00.002-08:002013-12-19T17:05:53.489-08:00ABRIENDO PUERTAS<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hace
ahora un año, publicábamos un post en este blog que decía literalmente lo
siguiente: “</span><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">llega la navidad, esos días en los que se reúnen las familias, se hacen
regalos, reina la alegría, se cantan villancicos, todo el mundo es bueno y cargado
de buenos deseos, comes para todo el año y la armonía fluye en el ambiente como
el oxígeno que respiramos. Pero, ¡alto!, ¿de qué estamos hablando? Rebobinemos. Esta navidad también son
días de crujir de dientes de los desesperados que
hace muchos meses no encuentran un empleo, en la que muchos reciben ese mail
fatídico en el que te informan que eres parte de un ere, en el que uno
deposita con pudor ese kilo de arroz en las bolsas solidarias para los que no
tienen nada que comer o
de rebuscar entre los millones de juguetes de tus hijos para donar esos que
nunca merecieron ni un segundo de su tiempo. Ha vuelto la caridad y ha desaparecido el contrato social. Una
broma de mal gusto”.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En uno de sus libros <b>Marx</b>,
Carlos, afirmó solemne que la historia se repite dos veces. La primera como
tragedia, la segunda como farsa. Dado que la crisis comenzó hace cinco años,
habría que preguntarse por las etapas que deberíamos haber vivido tras la farsa,
porque los sucesivos años de la crisis parecen instalados en un día de la
marmota infinito. Aunque no hay nada eterno y el optimismo ha de ejercerse como
una fórmula de resistencia moral, se nos bombardea con fruición y desenfreno
con noticias que nos zarandean como un juguete oscilante entre la frustración y
la peligrosa melancolía. Porque ver, con la que está cayendo, en este año que
ya por fin acaba, algo tan banal como el reciente pacto de gobierno de las dos
principales fuerzas políticas alemanas, es observar una inquietante representación
simbólica del mundo actual. Viejas, nobles y solidarias ideologías, fiduciarias
durante décadas de la confianza de millones de personas, hoy abocadas a un
dudoso y provinciano pragmatismo, ejercido por poderosos sin más ideas que sus gestuales
golpes de autoridad, sus sincopadas e insustanciales aseveraciones, que inundan
con una frecuencia excesiva tribunas más
parecidas a frontones que a creíbles asambleas de la democracia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El contenido de su último
libro lo ha dedicado a reflexionar que ocurre cuando personas normales
confrontan con gigantes, en sus más variadas formas, como ejércitos, gobiernos
o empresas. Malcolm <b>Gladwell</b>, en su obra <i>“David & Goliath”,</i> sugiere la
necesidad de una nueva guía para encararse con esos gigantes que nos fastidian
la vida, para reconocer que en sus manifestaciones de fuerza en realidad se
oculta una extraordinaria vulnerabilidad, para interpretar adecuadamente su
verdadera naturaleza y reconocer que no son realmente lo que aparentan, porque
hacerlo así es el recurso que nos queda para abrir puertas y crear oportunidades,
y para hacer posible lo que podría parecer impensable. Llevamos demasiados años
de crisis y no es cierto, como decíamos hace un año, que ya haya desaparecido
el contrato social, sino que en verdad se lo están cargando, año a año,
discurso a discurso, ley a ley, con su trágica miopía y el silencio de millones
de indolentes testigos. Ya lo dijo el poeta, mucho antes del recuerdo del
relato bíblico recuperado ahora por el anglosajón, Gabriel <b>Celaya</b> escribió que
<i>“se dicen los poemas que ensanchan lo<a href="" name="_GoBack"></a>s pulmones de
cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten
excesivo”. </i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Dedicamos este post a los
millones de silenciosos que aún esperan el momento de sus vidas. Os deseamos
una navidad y un año nuevo que sea el principio del fin de vuestras pesadillas,
y que sea la puerta que nos abra un futuro cargado de justicia, de equidad, de
solidaridad, de igualdad, belleza y ternura. Por un futuro diferente. <b>Feliz
navidad.</b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-10679852018896153882013-12-12T18:07:00.002-08:002013-12-12T18:07:45.010-08:00DENTRO DE 400.000 AÑOS<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Unos pocos de miles de
pequeños huesecillos nos han brindado la noticia de la identificación de los
genes, dicho con más precisión el ADN secuenciado, de homínidos que vivieron en
<b>Atapuerca</b> hace 400.000 años. En la ya famosa Sima de los Huesos, los más de
6.500 fósiles pertenecientes a unos 28 individuos y un puñado de osos han residido
pacíficamente durante cientos de miles de años hasta convertirse en uno de los
hallazgos más increíbles en la historia del ser humano, en un macabro
repositorio cuya explicación aún está lejana. Toda una orgía científica a la
búsqueda de una visión de un tipo de sociedad ancestral en la que unos tipos algo
raros sobrevivían e incluso se comunicaban. Una noticia que da tanto vértigo
como imaginar qué dirían, dentro de 400.000 años, unos científicos que se
encontraran un puñado de nuestros huesos. Imaginemos por un segundo que, más
allá de nuestra salud y enfermedades, de nuestra alimentación y constitución,
de la simulación virtual de nuestros rasgos, especularan con nuestra sociedad y
les costara entenderla tanto como nos supone imaginarnos hoy la de aquel homo
heidelbergensis que correteaba sobre el suelo de nuestra vieja Castilla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Es más que probable que se sorprenderían de
hábitos tan singulares como esos miles de libros comprados por gente que nunca
lee, de editores que no editan lo que les gusta, de distribuidores de cultura que
no la alientan, de tiendas de libros con vendedores que no leen, de periodistas
que no publican lo que piensan, de creadores que no arriesgan, de consumidores
que no consumen lo que les haría más felices, de esos millones de personas que
no hacen lo que realmente les gustaría, condenados a una existencia melancólica
y frustrante, como si habláramos de algo tan normal como médicos que no curan,
de líderes que no lideran, o de gobernantes que no gobiernan. Es probable que nuestros
últimos cien años pudieran ser vistos en el futuro sin distinciones entre nietos
y abuelos. Una confusión que nos arrojaría a nuestro pasado más sangriento y
violento, al más innovador y creativo, al más saludable y solidario, al más egoísta
y agresivo, al más audaz e imaginativo, o al más frustrante y alienante, en una
síntesis de confusión perfecta. Es posible que aquel oso que compartía su
existencia con el homínido que vivió rodeado de bosque, agua limpia,
protectoras cuevas y la amenaza de otras fieras salvajes, sería sustituido para
la comprensión de nuestro presente por plásticos, residuos, bloques de piedra
artificial o la amenaza de animales aparentemente civilizados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ken Robinson ha escrito en
su último libro, <i>Finding your element</i>, que encontrar tu elemento es vital para
comprender quien eres y qué eres capaz de ser; y que es imprescindible dar con
él para encontrar sentido a tu vida, a lo que haces, en lo que trabajas o a lo
que amas. Una búsqueda que hoy se antoja heroica, y por la que dentro de
400.000 años se preguntarían qué le pasó al ser humano para complicarse tanto
la vida, después de 400.000 años en los que aquel peludo homínido tenía la vida
tan clara como el agua cristalina. Hablando de huesos viejos, tal vez <b>Hamlet
</b>dio con la tecla mientras sostenía en su mano el cráneo del bufón Yorik,
regalándonos el dilema perfecto para entender nuestra era. <i><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;"><b>Ser o no ser</b>, he aquí la
cuestión. ¿Qué es más digno para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la
insultante fortuna o tomar armas contra océanos de calamidades y, haciéndoles
frente, acabar con ellas? Morir..., dormir; no más. </span></i><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;">Duerma hasta la eternidad nuestro primo
muerto de Atapuerca en los cajones de asépticos laboratorios, mientras por aquí
nos aclaramos antes de que pasen otros 400.000 años y demos un lamentable
espectáculo a nuestros ignaros descendientes.<span class="apple-converted-space"><i> </i></span></span><a href="" name="_GoBack"></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;"><span class="apple-converted-space"><i><br /></i></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;"><span class="apple-converted-space"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-41871303004978980892013-12-05T17:10:00.001-08:002013-12-05T17:10:07.219-08:00COMO UN AULLIDO INTERMINABLE<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hay palabras que te acompañan
toda una vida. Una extraña suma ordenada de letras que se arrastra durante años
como una sombra empeñada en regalarte un consuelo, un recuerdo, una emoción o
un sentimiento. Su rastro se agazapa en libros, en canciones, a veces en
imágenes, en ocasiones en una mirada convertida en diálogo, a menudo en una
afirmación oral que te esculpe el cerebro con la ductilidad de una arcilla, conspirando
todos en silencio, al margen de su forma, para que tu identidad adquiera
conciencia. Aunque el tiempo, las modas, se conjuran para el olvido, hay palabras
que sobreviven. Las mismas que convierten tu cuerpo en una masa
trémula y vulnerable, tu cerebro en un vértigo de emociones, tu corazón en una
trampa del destino. Esas que se acoplan a un momento concreto de la existencia,
liberadas de la intención del autor e incluso de la voluntad del receptor. Como
todavía hoy la piel se eriza cuando los ojos recorren la tinta de aquellas
palabras para Julia que escribió José Agustín <b>Goytisolo</b>, hace ya muchos años,
en la que se desparrama que <i>“tu destino está en los demás/tu futuro es tu
propia vida/tu dignidad es la de todos”. </i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Unos versos que hoy cobran
un especial sentido al conocer la noticia de la muerte del gran <b>Nelson Mandela</b>.
Ese hombre atrapado para siempre en su dimensión simbólica, convertido en una memoria
que ayudará eternamente a recordar a las personas perseguidas por su raza, su
ideología, su género o su orientación sexual; a pensar en todas las injustamente
acosadas, falsamente acusadas, indignamente castigadas por su manera de pensar,
de sentir, de existir; a reivindicar a las personas prisioneras de sistemas que
llenan la boca de sus voceros y mendaces monosabios de altisonantes manifestaciones
de justicia y orden, pero que en realidad son el trampantojo perfecto de la
injusticia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">María José Sánchez, en su
novela <i>El amor y sus tumbas</i>, escribió que deberíamos saber que entre los vivos,
con los vivos, había cosas que podían arreglarse, siempre y cuando uno no
dejara escapar esas instancias que así como llegan solas se van, si no sabemos
aprovecharlas o si ni siquiera logramos reparar en ellas. Una oportunidad para
evitar el riesgo de convertir el recuerdo de Mandela en una empalagosa fiesta
mediática, en una efímera ebullición colectiva, incluso en algo peor, en una
mera anécdota histórica. Óscar Hahn, en un poema escribió “<i>deja que sus
sueños pasen uno a uno frente a tus ojos/ y sabrás con absoluta certeza/a
orillas de qué rio duermen</i>”. Por eso no puede existir homenaje más bello que imaginar
los sueños de Mandela. Apropiarnos de sus ensueños y someterlos al escrutinio
amable de nuestros ojos, para reconocer la orilla donde dejamos todos los días
de nuestra gris existencia que dormiten los nuestros.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El poeta escribió palabras
para Julia que nos acompañarán siempre, y entre ellas dijo que “<i>tú no puedes
volver atrás/porque la vida ya te empuja/como un aullido interminable</i>”. Mandela
hoy ha muerto, pero en verdad no puede morir, porque representa la vida, el
destino que todos compartimos, el futuro que es nuestra propia existencia y la
dignidad de cada individuo que es al mismo tiempo la de todos. Porque Mandela
ya es, para siempre, ese grito infinito por la justicia que empuja la vida y
nos impide volver atrás. <a href="" name="_GoBack"></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-4219619520409047242013-11-28T17:17:00.001-08:002013-11-28T17:17:10.676-08:00DIJERON QUE NO PODÍAS VOLAR<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Es fascinante releer las
páginas amarillentas de un libro publicado en 1967 y comprobar que, en su
primera página, en unas pocas líneas previas a la introducción, se
establecieron unas pautas culturales que han condicionado las obras de ficción
que hayan tratado en el pasado, o pretendan hablar en el presente, del futuro.
Isaac <b>Asimov</b>, en su libro <i>“I, Robot”</i>, fijó las tres leyes de la robótica, las
raíces constitucionales de toda sociedad cibernética. El autor data esa
legislación en el año 2058, aunque la ubica en la edición número 56 del Manual
de Robótica. Asimov, por tanto, imaginó en 1967 esas leyes promulgadas en el
año 2002, hace ya unos once años… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A pesar de haber dominado la
imaginación y las expectativas de generaciones, esas normas nunca han sido
aprobadas por gobiernos, permitiendo así que drones, sofisticados algoritmos,
el oscuro poder del big data, los increíbles procesadores informáticos repletos
de parámetros biométricos y conductuales, o el colosal aprovechamiento
clandestino de millones de datos personales, puedan suponer el incumplimiento de
la primera de aquellas leyes, la que establecía que “un robot no puede herir a
un ser humano, o, por su inacción, permitir que un ser humano sufra daño”…Al
parecer, mientras vivíamos engañados por una infantil expectativa de robots
antropomórficos, una batalla silenciosa se estaba librando en todos los
hogares, lugares de trabajo y espacios de ocio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Una guerra invisible para la
que esta humilde editorial quiere contribuir con su austero arsenal,
concretamente, con un libro muy especial. Una obra diferente, única, a prueba
contra esos robots incapaces de procesarla en los próximos mil años. En el libro
<b><i>Piensaciertos</i></b>, de <b>Guillem López</b>, se realizan afirmaciones que harían estallar
los circuitos del artilugio más sofisticado. Con frases como <i>“hay que aprender
a vivir despacio lo más rápido posible”</i>, <i>“amar es planear la locura”</i> o <i>“la
soledad duele cuando estás acompañado”</i>, unidas a ilustraciones que juegan con
nuestra educación más sentimental, convierten a esta obra en un manual elegante,
culto, bello, de supervivencia y casi de auténtica guerrilla cultural. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">También con su diseño de
cubierta que es una provocación, con un lomo desnudo que enseña los nervios que
cosen su esqueleto, como un anticipo de su extraordinario contenido. Una realidad
virtual radicalmente humana, que sirve de advertencia cuando explica que <i>“el
tiempo pasado fue futuro” </i>y que <i>“todo final es un principio con problemas de
autoestima”</i>. Un libro en papel que representa una brecha en el muro del turbador
ciberespacio cotidiano, un foco de resistencia, once años después del 2002, que
nos revela, ahora, que <b>“todo comenzó el día en que te dijeron que no podías vol<a href="" name="_GoBack"></a>ar”…</b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-alRv4Ad18Do/Upfq1quTOpI/AAAAAAAAAQM/pKDCSYRVTPc/s1600/portadaD.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://3.bp.blogspot.com/-alRv4Ad18Do/Upfq1quTOpI/AAAAAAAAAQM/pKDCSYRVTPc/s320/portadaD.jpg" width="225" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-77031511424713589442013-11-14T17:03:00.002-08:002013-11-14T17:03:25.858-08:00DEL CUBALIBRE AL TÉ, UN VIAJE POSMODERNO<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 115%;">“<i>Tengo treinta y ocho años y
es posible que no sea nadie. No he hecho nada trascendente, no soy popular,
carezco de grandes oportunidades y mi sueldo no llega a los mil euros
mensuales. Pero no siento que haya fracasado. Quiero decir que, con mi edad y
con mi sueldo, vivir en el centro de Madrid, más que un fracaso, me parece una
proeza</i><span style="font-size: small;">”. </span></span><span style="line-height: 115%;">Uno de nuestros escritores preferidos, el inefable <b>Rafael Sarmentero</b>,
pone esta descripción autobiográfica en boca de uno de los protagonistas de su
última novela, <b>Malasaña Chai Tea</b>, que también afirma ceremonioso que “<i>no
importa lo que hayas conseguido en la vida: tarde o temprano aparece la persona
que juzga tu conquista como un fracaso</i>”.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 14.4pt; margin-bottom: 1.2pt; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los Estados Unidos de América fabricaron
para solaz de la humanidad a Tony Manero, aquel joven neoyorquino que consumía
sus días laborables como dependiente de una tienda de pinturas, pero que al
llegar el fin de semana se convertía en el amo de la discoteca Odisea 2001,
donde brincaba frenético con cuellos de camisa y perneras de pantalón tan
imposibles como inverosímiles, mientras su cabello permanecía incólume gracias
a dosis masivas de fijador de pelo. Una cenicienta masculina para los años 70, que
sólo era importante cuando reinaba en la discoteca, mientras su hermano cura
dejaba de serlo, su compañera de baile lo rechazaba como amante, pandillas callejeras
aún recurrían a las navajas para sus disputas y el éxito social se consumaba en
unos segundos de gloria efímera debajo de una bola de espejitos colgada de un
techo invisible. <span style="background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;">Gracias a
Sarmentero, España ya cuenta por fin con su propio Tony. </span>La escopeta
nacional da paso, por fin, al mileurista de barrio urbano como símbolo
posmoderno de la España actual. Un héroe armado con una bolsa de té, que afirma
solemne que “<i>la sociedad quiere que juegues con sus reglas. Pero tú te
resistes. Entonces encuentras la solución: hacer trampas</i>”. Un engaño tan simple
y a la vez tan antisistema como un desdoblamiento de personalidad. Algo tan
inquietante y poco distinguido como vivir dos vidas paralelas mientras se paga
a la hacienda pública por una sola y exigua renta salarial. Una forma de
rebeldía frente a la clásica teatralidad social del fin de semana, una
disidencia contra la hipnosis idiotizante de series de televisión ahítas de
enigmas y ríos de sangre virtual. Una némesis social que cambia el baile
discotequero por una ansiosa conservación de lo que se consigue gracias a un
trabajo de mierda, enterrando así las viejas proezas de seducción y apareamiento
de los sábados por la noche, inventados para olvidar la insoportable levedad
del ser, de lunes a viernes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: small;">George </span><b>Steiner</b><span style="font-size: small;">, en su libro
</span><i>En el castillo de Barba Azul</i><span style="font-size: small;">, habla de una especie de gas de los pantanos, un
aburrimiento, un tedio, una densa vacuidad, en los extremos nerviosos cruciales
de la vida social e intelectual. También escribió que medimos nuestro actual
frío teniendo en cuenta nuestros recuerdos de aquel gran verano. Como aquel ya
olvidado, en el que los políticos y filósofos hablaban de un futuro mejor por
venir, mucho antes de que eso fuera un privilegio exclusivo de propietarios de
empresas de cacharrería informática. Hoy, gracias al libro de Sarmentero,
sabemos que “</span><i>58.000 palabras, 296 tés, un alquimista charlatán, una exnovia
neurótica (¿o era bulímica?), un golfista vestido de luto, un antiguo (y
estúpido) compañero del club de tenis y, por supuesto, un detective que no es
detective en el barrio más singular de Madrid: Malasaña</i><span style="font-size: small;">”, permiten destripar un
presente lleno de trampas que aún está por explorar y en el que la vida debiera
ser algo más que un salario basura que no alcanza ni para un pisito de barrio.
Una realidad que sigue obligando a inventarse fiebres posmodernas de sábado
noche siete días a la semana para sobrevivir. Porque, como él mismo escribe, </span><i><span style="font-size: small;">en
la vida sucede así con todo: lo importante es la historia. No lo que ocurre,
sino lo que cuentas, porque desde los tiempos más remotos<a href="" name="_GoBack"></a></span>,
el que manda es el que cuenta la historia. Y mentir y decir la verdad son
equivalentes, siempre y cuando sepas mentir bien.</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-rdx9FnPl4M0/UoVxuPrdMCI/AAAAAAAAANs/LXWWnKgbiC8/s1600/Portada_Sarmentero+udl.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-rdx9FnPl4M0/UoVxuPrdMCI/AAAAAAAAANs/LXWWnKgbiC8/s320/Portada_Sarmentero+udl.gif" width="207" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #660000;"><b>Algón Editores</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://www.youtube.com/watch?v=W8gSR-0-qfo">https://www.youtube.com/watch?v=W8gSR-0-qfo</a></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-63771388570521405482013-09-27T19:04:00.000-07:002013-09-27T19:04:26.155-07:00VOLVER AL MONO<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Una de las ideas más dañinas
e insolventes que la humanidad ha echado sobre sus espaldas es la de el
darwinismo social, esa tentación de atribuir al ser humano ese principio
biológico por el que los organismos vivos desarrollan diversos modelos de
estrategia para sobrevivir a costa de sus congéneres, en un parasitismo tan
desaforado como agresivo, que les instala en una guerra permanente de todos
contra todos. Un profundo desprecio a la inteligencia del ser humano, que le
niega la posibilidad de recurrir a elaborados mecanismos de convivencia que
eviten pulsiones tan biológicas como primarias, tan incómodas como violentas.
Hay días que uno tiene la tentación de pensar que los neardentales demostraron
más recursos cerebrales que algunos individuos de nuestros días, porque
demostraron más convicción en las virtudes de la colaboración que en las del
egoísmo individual y la violencia en sus formas más variadas sobre los más
débiles. Una teoría de la selección natural, que ha penetrado profundamente en
los modelos culturales de naciones, economías, empresas, partidos políticos e
instituciones públicas, que paradójicamente convive con vehementes ejemplos de
su injusticia y su insultante inutilidad colectiva.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No son las sociedades más
avanzadas aquellas en las que minorías exageradamente minoritarias gozan de
privilegios conseguidos a costa de la pobreza de los que ellos ven como más
débiles, tontos, vagos, ignorantes y enfermos. No hay más que darse una vuelta
por las tiranías crueles y prehistóricas que nos acompañan desde hace años para
desmentirlo. Por eso es extraño que en las últimas dos décadas se esté
agravando la diferencia entre los muy ricos y una inmensa mayoría cada vez más
pobre, mientras alabamos las virtudes de una nueva economía digital cuyos
principios se basan en el compartir información, el acceso abierto a los recursos,
la superación de la vieja geografía o la sustitución de la importancia de la
propiedad por el creciente valor del acceso a servicios, seguridades, placeres
y conocimiento.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Vivimos fascinados por la
creciente sorpresa de ingenios tecnológicos que aspiran a hacernos más felices,
y por eso nos resultan extraordinariamente incómodas esas historias que nos
devuelven a la parte más fea de nuestra existencia y cuya realidad nos
empecinamos en esconder. Si leen el libro “<b>Los
33. El círculo secreto”</b>, la trágica y aún desconocida historia de los 33
mineros atrapados a 700 metros bajo tierra durante 70 días en un lejano
desierto chileno, podrán comprobarlo. Ese sutil pero viejo juego de poderes, los<a href="" name="_GoBack"></a> rancios equilibrios, las clásicas mentiras
institucionalizadas, la excesiva importancia del origen, el extraño papel que
juegan los medios de comunicación y eso que aún se sigue llamando información, mezclados
en una coctelera reluciente por fuera pero oxidada en su interior, cuyo
hipnótico contenido nos debería resultar en el paladar tan agrio como esa
milonga del darwinismo social. Esa que nos ofrece falsos, artificiales y
fugaces héroes de papel, de celuloide o pixelados, que consiguen despistarnos
del relato auténtico de la pobreza, la injusticia social, la mentira, el
negocio privado a costa de los derechos colectivos y los perversos efectos de la
ausencia de la igualdad de oportunidades. Una dañina libación de ese horrendo credo
que afirma sin rubor que siempre habrá ricos y pobres, y que a cada uno le
aguarda el destino que está escrito de manera imborrable en su origen social,
geográfico, racial o familiar. Es la nueva y sorprendente paradoja darwiniana
del ser humano, una selección natural que conspira contra la propia idea de
evolución. Que cosas más extrañas nos pasan últimamente, deberíamos hacer que
nos lo miraran. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #660000;">Autor: Algón Editores</span></span></div>
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<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-smclADZ-IP0/UkY45neuenI/AAAAAAAAAKo/2YDwOND7d-k/s1600/Portada_Los+33+frente.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-smclADZ-IP0/UkY45neuenI/AAAAAAAAAKo/2YDwOND7d-k/s320/Portada_Los+33+frente.gif" width="223" /></a></div>
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<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-47858077700871334862013-07-25T16:56:00.001-07:002013-07-25T16:56:32.243-07:00SOLIDARIDAD Y PESAR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="http://practicopedia.lainformacion.com/files/lazo_0.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="http://practicopedia.lainformacion.com/files/lazo_0.jpg" width="400" /></a></div>
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<!--[if gte vml 1]><v:rect id="_x0000_s1027" style='position:absolute;
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</tr>
</tbody></table>
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<!--[if gte vml 1]><v:rect id="_x0000_s1026" style='position:absolute;
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<span style="font-size: large;">Nuestra solidaridad y pesar con las víctimas y familiares de Galicia.</span></div>
Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5877017469784943530.post-8381257506173645712013-07-19T15:41:00.001-07:002013-07-19T16:15:34.036-07:00LAS PALABRAS Y LOS HECHOS<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Jamás un libro demostró tanta coherencia entre lo que se escribe y lo que demuestra quien lo escribe. Hoy os regalamos unas imágenes que hablan por si solas, y que anuncian cuanta sabiduría práctica encierran los argumentos y afirmaciones que desparrama <b>Raúl Baltar</b> en su libro <i><b>El arte de ser humano (en la empresa). </b></i><span style="background-color: white; line-height: 20px;">Un libro que debieran leer con urgencia los gestores sabelotodo, esos directivos que confunden autoridad con conocimiento, poder con sabiduría, humildad con incapacidad, respeto con debilidad, innovación con distracción, aprendizaje con ignorancia, porque la empresa hoy está en plena metamorfosis, adaptando sus viejas estructuras a los retos que los cambios globales ya están planteando.</span></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: white; line-height: 20px;"><br /></span></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 20px;">Quién se arriesgue a ver este vídeo se lanzará a por el libro desesperadamente. ¿Te atreves?</span></span></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 20px;"><br /></span></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/ePJ35f7a0HE?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 20px;"><br /></span></span></span></div>
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<a href="https://www.youtube.com/watch?v=ePJ35f7a0HE">https://www.youtube.com/watch?v=ePJ35f7a0HE</a><br />
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Algón Editoreshttp://www.blogger.com/profile/05343358935688693430noreply@blogger.com0