Descontados
los ardores de salón de aquellos empeños radicales que pretendían en el
pasado cambiar el mundo, ni siquiera los ánimos alcanzan ahora, en el mundo cultural
patrio, para abrazar la filosofía que emana de fenómenos como la economía colaborativa,
la democratización del acceso en contraposición a la posesión, o la generación
de pequeños ecosistemas en los que compensar los problemas de una sociedad de
coste marginal cero. Esos nuevos procesos que apuntan a cambios profundos, pero
que encuentran un sospechoso silencio en nuestro reino cultural habitado por
viejos y desconfiados hidalgos, bastante hambrientos y algo envidiosos, pero siempre
dignos.
Nosotros
queremos romper una lanza por esos tiempos que vienen, somos así de atrevidos. Hoy
escribimos sobre libros de la llamada “competencia”, (qué cosa más ridícula,
como si eso existiese en esta época de aridez cultural). Queremos citar obras que
nos gustan, pero que no salen en los rankings habituales. Como la monumental “El
Muro de hierro”, de editorial Almed, el mejor libro publicado sobre
el conflicto palestino israelí. La pedagógica lucidez de “El grafiti de firma”,
publicado por Minobitia, que nos ayuda a entender los nuevos lenguajes tan distantes
de las editoriales convencionales. Cómo olvidar el impacto que nos causó “Historias
inverosímiles, en general”, de Alasdair Gray, de Rayo Verde. Esa inquietante mirada
a nuestras raíces más oscuras, en el ebook “El caso de la mano perdida”, de Sinerrata. También libros de más allá de nuestras fronteras
administrativas, como “Verde que me muero”, de FB Libros. Esas
obras que nosotros no hemos publicado, pero que por fortuna si lo han hecho los
que compiten con nosotros por el pequeño hueco en el expositor del librero. También
queremos hablar de un libro que hemos adoptado. (¡Hemos inventado la adopción
de libros! ¡Y usted también puede!, anímese y apadrine libros que le gustan
para que los lean la gente que quieren). Hablamos de “El fémur de Eva”, de Fani
Grande, de #CientoCuarenta. Cómo no caer rendidos ante las pequeñas joyas contenidas
en el libro, como ¿Por qué mueren los polumbis?, o Elogio del monosílabo, Planeta
clítoris, Macondo sin sol o Vivir en San Olaf. Compren el libro, aquí no somos
capaces de expresar en tan pocas líneas la violenta lucidez de ese monumento cívico
a la inteligencia.
Los
norteamericanos más listos dicen que vivimos una era cultural del “remix”, ese
concepto acuñado en el mundo de la música que explica el proceso creativo como una
“remezcla”, ese canon interactivo consistente en “copiar, transformar y
combinar”. Nosotros, para que no digan que no estamos a la última, hemos intentado
hacerlo hoy con algunas ideas ajenas, como siempre con una enorme hambre de nuevos aires, y con el recurso a eso que Fani llama un "escrache literario", ese que "únicamente
se recomienda hacer con libros que se hayan disfrutado terriblemente”, como estos pocos libros de otras editoriales. Seguramente no somos más que unos cándidos transgresores dopados con romanticismo, como nuestra
admirada Fani cuando afirma que “a las cuevas del alma se llega mejor con una
caricia que con una crítica”.
Autor: Algón Editores
Es un post precioso, y la idea de adoptar un libro es tan generosa... ¡¡¡¡Esto tiene un Fémur!!!!!!! GRACIAS ;-)))) Bss!
ResponderEliminarGracias!! Tú te mereces eso y más!!!!
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