“Mira, tío, probablemente la mayoría
de nosotros estamos de acuerdo en que vivimos tiempos oscuros, y además
estúpidos, pero ¿necesitamos ficción que no haga sino dramatizar lo oscuro y lo
estúpido que es todo? En épocas oscuras, el arte aceptable sería aquel que
localiza y efectúa una reanimación cardiopulmonar sobre aquellos elementos
mágicos y humanos todavía resplandecientes a pesar de la oscuridad de los
tiempos”. Esto dijo el escritor David Foster Wallace en una entrevista y sus
palabras resuenan ahora como música celestial entre tanta incuria política
contemporánea.
Una de las tendencias que van a estar
de moda en el 2013, según la revista Wired, es la de transformar el gobierno en
una plataforma. Un gobierno que deje de ser una vetusta máquina expendedora que
devora impuestos y racanea servicios, para convertirse en un gobierno 2.0
diseñado como un smartphone, con un software y un hardware que permitan la
participación ciudadana, la innovación y la auto-organización. Un nuevo gobierno
regido por los principios de la transparencia, la simplicidad, la
participación, la apertura mental, la experimentación y la visibilidad. Una
estrategia radical para transformar el poder, enterrar el letargo social y
acabar con esos gobiernos ensimismados en sus costumbres añosas. Una audaz movilización de personas, recursos e
instituciones, para procurar una sociedad menos estúpida que la actual. Una
reanimación del enfermo, como decía Wallace.
En la obra Open Government, dirigida
por Calderón y Lorenzo, se afirma que un gobierno abierto es aquel “que entabla
una constante conversación con los ciudadanos”. Una idea tan simple como intrépida,
un formidable ariete 2.0 contra tanto gobierno que no explica nada, escucha
poco, ignora bastante e impone todo. Una epifanía democrática contra ese poder fosilizado
y recluido, que nos entretiene con ficciones crepusculares y nos distrae de un
futuro presentable. Hablando de teléfonos inteligentes y gobiernos, no sobraría
un poquito de verdadero diálogo democrático. Como diría Gila, si el Gobierno
anda por ahí, “¡que se ponga!”.
Autor: Algón Editores
http://algoneditores.es/libros/open-government
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